Fin de temporada.
Tenía muchas ganas de competir en un triatlón porque llevaba meses que por unas cosas u otras no hacía ninguno.
La mañana no empezó bien, no encontraba el chip y los dorsales. Luego me cargo el desviador de la bici y después de mucho pensar decido quitarlo y correr a plato fijo.
Por fin conozco a David y nos vamos al Prat dándole los últimos consejos. Tranquilizarle no hizo falta, iba hecho una balsa de aceite...
Una vez allí los preparativos de siempre, saludos a los camaradas y a cámara de salida.
Agua infernal, odio nadar con neopreno, el año que viene me compro un sailfish tope gama a ver si resuelvo mis problemas.
Salgo en 11'22'', aproximadamente el 40.
Cojo la bici y me encuentro pletórico, entro a relevos y tiro mucho tiempo de la cuádriga que formamos. Alcanzamos a muchos descolgados y el grupo se hace grande. Dejo la bici en 33'53'' que hubiese sido el parcial 29, así que muy satisfecho del resultado. Debía ir el 25 cuando siento un puñal clavado en mis costillas, a pesar del dolor intento aguantar pero se hace insoportable y me pongo a caminar. El dolor no cesa y en la primera vuelta decido abandonar. La primera vez que abandono una competición pero es que el día de mi cumple no me apetecía sufrir más y encima habiendo currado tanto en la bici pasaba de quedar de los últimos por llegar caminando.
Así que un cierre de temporada un poco extraño. Ya he empezado a planear la temporada que viene porque tengo muchas ganas de afrontar mi año Ironman. Último año de carrera, último año en Barcelona y último año de hacer lo que me plazca y lo que me place ahora es entrenar mucho y disfrutar del deporte en su plena esencia: "el triatlón de larga distancia", superarme a mi mismo y comprobar dónde están mis límites.
